Algo tan simple como tomarse la presión puede salvarnos la vida. 17 de mayo Día Mundial de la Hipertensión Arterial

El día 17 de mayo ha sido asignado por la Organización Mundial de la Salud, como el Día Mundial de la Hipertensión Arterial y como sucede año a año la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular realiza promociones específicas ese día con el objetivo de continuar la concientización sobre esta enfermedad altamente perjudicial para la salud.

Un factor de riesgo clave de las enfermedades cardiovasculares es la hipertensión arterial, la que afecta a mil millones de personas en el mundo.

La hipertensión es de las principales causas del infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular y de insuficiencia renal. Las investigaciones realizadas en la materia permiten calcular que la hipertensión es la causa por la que mueren anualmente nueve millones de personas.

En Uruguay la prevalencia de la hipertensión está en aumento, siendo en las personas de entre 25 y 64 años de 38,7%, este dato surge de la segunda encuesta nacional de factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles que se realizó en el año 2013.

En procura de frenar este crecimiento y comenzar a disminuir el porcentaje de personas con hipertensión en nuestro país, se hace imperioso promover el conocimiento de los valores de presión arterial de cada persona, para así lograr bajar la brecha del sub-diagnóstico.

Con ese objetivo en nuestra institución de favorece y facilita la toma de presión para que todos los usuarios puedan detectar la hipertensión y actuar en consecuencia.

Resulta importante tener en cuenta al momento de conocer nuestros números que existen varios mitos sobre la hipertensión que no se ajustan a la realidad y que muy bien resumen en su libro la Dra. Mónica Díaz integrante del Hospital General de Agudos de Buenos Aires.

” Tengo presión nerviosa”
La presión arterial nerviosa no existe. En la mayoría de los casos, la hipertensión arterial es una enfermedad de origen genético, y nada tienen que ver las tensiones que una persona pueda tener en la presión. Esta creencia es dañina para el usuario ya que entiende que cuando está tranquilo no tiene presión alta, dando oportunidad a la enfermedad a avanzar y dañar su organismo. El hipertenso tiene presión arterial alta en el momento que está nervioso o tranquilo, la diferencia es que cuando está nervioso está más alta.

“Mi presión está loca”
Las variaciones de la presión son un fenómeno normal y habitual; la presión arterial cambia con cada latido del corazón y con las diferentes actividades que realizamos diariamente. Esta variabilidad hace que los registros de la presión arterial sean diferentes en distintos momentos del día, aun con minutos de separación entre uno y otro.

“Yo me doy cuenta cuando tengo la presión alta”
Lo característico de esta enfermedad es que no da síntomas. El “dolor de cabeza” puede ser por presión alta, pero también por presión baja o bien por cualquier otra causa; por ejemplo por contractura de los músculos de la nuca.
Otro síntoma que se piensa asociado con esta enfermedad es la epistaxis (sangrado por la nariz), que en la enorme mayoría de los casos es un sangrado venoso (daño de una pequeña vena) y no está relacionado con la hipertensión arterial.
Cefaleas, epistaxis y mareos son síntomas inespecíficos que generalmente se deben a otras causas, por tanto la asociación de estos síntomas a la hipertensión arterial es incorrecta. De hecho la secuencia suele ser la inversa, el dolor que se siente actúa como estímulo para aumentar la presión

“Yo como sin sal”
Lamentablemente, esto no es así. En general no realizamos una dieta hiposódica (dieta baja en sal) real. Una de las equivocaciones es creer que evitando el salero se cumple con la dieta hiposódica, pero cada uno de nosotros del total de la sal que consumimos solamente el 15% depende del salero, el 85% restante proviene de los alimentos procesados que compramos en los supermercados. La sal es conservante y saborizante y por lo tanto todos los alimentos procesados contienen sal, incluso los dulces. La única forma de comer sin sal es siguiendo una dieta de verduras, frutas y carnes cocinadas en el hogar.